Entrevista a Toni García Araque y Daniel Machado, contrabajistas y pedagogos

“Cuando uno disfruta de lo que está haciendo, se obtienen mejores resultados”

Una entrevista de Andrés Ortiz


Toni García Araque y Daniel Machado han conseguido durante sus más de veinte años de enseñanza un nivel sin precendentes en los alumnos de contrabajo de este país.  En el curso “Desde abajo… contrabajo”, que impartirán los días 20 y 21 de febrero en CEPIC, Madrid, nos explicarán su forma de enseñar desde los comienzos hasta la preparación para pruebas de orquesta.


¿Cómo veis la evolución de los jóvenes contrabajistas españoles desde que comenzasteis a enseñar hace más de veinte años hasta ahora?
Daniel: La evolución ha sido enorme. Por ejemplo, ha cambiado mucho la edad a la que los alumnos comienzan a estudiar, que ahora es de 7 u 8 años normalmente. La implicación en el estudio también es muy diferente.

Toni: Hoy en día se consiguen unos niveles inimaginables cuando empezamos a dar clase. Hay un nivel medio muy elevado y unos picos altísimos. Hay gente que está en la Filarmónica de Munich, en la Academia de la Filarmónica de Berlín, la mayoría de los contrabajos de la Joven Orquesta Gustav Mahler son españoles…

Daniel: Creo que Internet ha influido mucho. En nuestra época no había ese acceso a la información. ¡Nosotros teníamos un solo disco de contrabajo! Cuando estudiábamos con Streicher muchas de nuestras partituras estaban escritas a mano por él, ¡imagínate! Además, ahora pueden acceder a la experiencia que les podemos aportar generaciones anteriores de contrabajistas y eso les hace ganar mucho tiempo.

Toni: Sin ninguna vanidad, podemos decir que los contrabajistas españoles hoy en día no tienen nada que envidiar a los de cualquier otro país.

Ambos habéis estudiado con dos grandes maestros del contrabajo: Ferrán Sala y Ludwig Streicher. ¿Qué significan para vosotros cada uno de ellos? 
Daniel: A Sala le debo prácticamente todo. Yo venía de la música moderna y él me introdujo en la música clásica. Fue quien me hizo ver el contrabajo con otro criterio y me acercó al mundo de Streicher, que él conocía porque tenía muchísima curiosidad. ¡Y qué voy a decir de Streicher! Fue un gran solista y un enorme músico. Dejó una tremenda huella en todos los que pasamos por él.

Toni: Para mí, Sala ha sido mi padre y Streicher mi abuelo, en términos contrabajísticos. Con todo lo que eso implica: la sabiduría, la curiosidad, el luchar en una época aún más difícil que la de tu padre...

Daniel, en el curso que impartiréis el próximo mes de febrero en CEPIC te ocuparás sobre todo de la etapa correspondiente al Grado Elemental. ¿Qué crees que debe tener en cuenta un profesor durante esta fase? 
Daniel: Para mí lo más importante en los comienzos es motivarles y al mismo tiempo inculcarles un trabajo exigente desde el principio. Antes había mucha diferencia entre el desarrollo de los contrabajistas y el de, por ejemplo, los violinistas, y esto no puede seguir siendo así. Se daba por supuesto que muchas cosas que aprenden los alumnos de violín en 1º o 2º de Elemental, los contrabajistas las lograban hacer en 3º o 4º. Si se acostumbran a un trabajo igual de intenso, pueden conseguir las mismas cosas sin ningún problema.

Toni, tú tratarás la siguiente etapa, en la que has ayudado a muchos contrabajistas a dar el salto de jóvenes talentos a magníficos profesionales. ¿Qué te parece lo más importante en este momento del desarrollo del alumno?
Toni: Lo que más me preocupa es que se lo pasen bien tocando. Cuando uno disfruta de lo que está  haciendo, se obtienen mejores resultados. Antes era menos flexible y le decía a los alumnos cómo debían hacer las cosas de una forma mucho más dogmática. Streicher era así con nosotros; él había luchado mucho para conseguir llevar al contrabajo adonde lo hizo y sus reglas eran para él verdades inamovibles. Ahora, después de años dando clase, intento fomentar la musicalidad que tiene el propio alumno y sacar lo mejor de él porque la finalidad no es crear copias de mi manera de tocar, sino ayudarles a ellos a encontrar la suya.

Has sido asistente de tres grandes músicos y profesores: tu maestro Ludwig Streicher, Rainer Zepperitz y, actualmente, Duncan McTier. ¿Cómo te has adaptado a cada uno de ellos? 
Toni: No ha sido siempre fácil. Pero me ha hecho crecer muchísimo el estar doce años con Streicher, que es lo mejor que me he encontrado; después con Zepperitz, que sabe todo lo que se puede saber sobre orquesta, y ahora con Duncan, que le da una vuelta de tuerca más a la técnica, con una preocupación casi obsesiva por la limpieza y la afinación… Es muy importe ser flexible, y al final lo que tenemos que hacer es ayudar al alumno a sacar lo que él quiere hacer con la obra que tiene delante.

Por último, ¿qué pensáis que es lo más importante que debe tener en cuenta un profesor, independientemente de su escuela, para obtener buenos resultados con sus alumnos? 
Daniel: La paciencia es importantísima. Y también es fundamental transmitir a los alumnos la forma de trabajar por sí mismos. Hay que infundir en ellos la idea de que no es lo mismo tocar que estudiar, que tienen que estudiar con todos los sentidos. En el estudio es más importante la calidad que la cantidad.

Toni: Coincido con Daniel, y, como he dicho antes, tienen que disfrutar con lo que hacen. Si estudian bien, después se lo van a pasar mejor a la hora de tocar.

Muchísimas gracias por esta entrevista tan interesante y os esperamos en febrero con muchas ganas.
Daniel: Hasta pronto, gracias a vosotros.

Toni: Será un placer, nos vemos dentro de nada.